27 de Julio 2004

El escritor de fragmentos

Cada mañana es la misma mañana: muda, alba, sin roturar, llena de promesas o presta a despeñarse por la cuesta del olvido.

Cada mañana es un pozo del que pueden extraerse cubos de agua, de aire o de cieno: en vilo hago bajar el cubo hasta los fondos oscuros del manantial.

Cada mañana es una pendiente. Si asciende o desciende, depende de la habilidad o de la entrega o del azar o de la dirección de los vientos que me azotan aquí, en mi inestable posadero.

Cada mañana, el escritor de fragmentos se precipita, lenta o vorazmente, sobre el aluvión de sedimentos que aún no pertenecen al orden del acto, el pensamiento o la reflexión. La corriente se retiene a la espera de mi soberana decisión, que la funda y le permite desencadenarse (al fin) sobre el valle de los hombres.

Cada mañana, el escritor de fragmentos toma nota de todo lo que ve. Luego lo cuenta, y hay quien le cree y le redime. ¿De qué? Imposible revelarlo. En el añico se esconden mensajes cifrados en un idioma inexistente: uno lo puede interpretar realmente como quiere. Su sentido es un reflejo de la mañana de cada cual: atestada, vacía, feroz, intrigante, risible, protectora o abismal…

La mañana es el ámbito puro de la libertad.

Escrito por JoséLuis a las 8:54 PM

25 de Julio 2004

NUNCA SENTARÁS LA CABEZA

Nadie sienta la cabeza: nuestra espera del estatus no desembocará en un mar cerrado. La irresolución es nuestro elemento. Yo no he notado, como dices que has notado tú, cuando me ves, un antes y un después. Será que vivo inmerso en mis sensaciones…

Para mí, todo se desenvuelve de un modo natural: pasamos de un estado a otro sin que siquiera pueda hablarse de fases distintas: somos una corriente de atisbos apenas vislumbrados, no tenemos forma, no conocemos descanso en tal o cual figura consoladora y paralizante. Fluimos…

Por eso, no entiendo la visión de ti, de tu rostro y de tu piel, como una última frontera, el non plus ultra que te convertiría en calabaza o te consagraría como la Reina del Baile. No, siempre estamos en cuestión, siempre en trance de estrellarnos o de remontar el vuelo. Tocarte será una forma de seguir acercándome a ti… pero no la única, ni siquiera (tal vez) la más importante.

En la senda iniciática del bandolero y la amazona, cada día está plagado de pruebas, de trampas, de cepos… y de luces brillantes y colores inauditos. Podemos condenarnos o redimirnos en apenas un instante.

Eso es vertiginoso, aunque tremendamente liberador. Da miedo, pero estimula.

No hay estación final, en este viaje: el tren recorre la Tierra del Sueño desde que amanece hasta que anochece, y aun en plena madrugada continúa rodando por la oscuridad, husmeando oportunidades para subir y caerse, crecer o irse apagando…

Todo es reversible, incluso la muerte (sobre todo la muerte).

Difuntos, seguiremos cabalgando como locos por el bosque, con la cabeza bajo el brazo y una sonrisa de oreja a oreja, mostrando nuestro descanso final como una nueva forma de vida, siempre móvil, siempre cambiante.

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Escrito por JoséLuis a las 11:58 AM

23 de Julio 2004

GLORIFICACIÓN DE LA QUIMERA

GLORIFICACIÓN DE LA QUIMERA


I

Venceré a la hidra del realismo en aras de la pura realidad, que es onírica y prefiere la ensoñación a la vigilia.

Voy a abatir a ese dragón que me calcina, con el análisis, las visiones miríficas del más acá.

He de triunfar, con mi escudo inexistente y el único auxilio de mi fe, en la justa que me enfrenta, un día sí y otro también, contra el monstruo infecto de la incredulidad.

Soy un niño que no ha dejado de insuflar, en un mundo sin gigantes, un gran tamaño a sus quimeras.

Si me abstengo de magnificar, me empequeñezco: quien ha de vivir según las exactas proporciones que se le me imponen, acaba reducido al volumen de su adiós.


II

El hechizo es una sugestión que se impone fácilmente: no en vano, todos dormimos por las noches, vamos al cine y hemos sido niños. Ocurre lo contrario que con la desilusión: para vencernos, ella requiere un arsenal completo de argumentos, técnicas de desgaste y argucias disuasorias de a ver quién es más cutre, impotente y desdichado.


III

Los soldados atribuyen motivaciones rastreras a las órdenes del general, quien, por su parte, supone a su tropa imbuida de un alto sentido del honor. Ambos combaten en la misma guerra, pero cada cual libra una batalla distinta.


IV

Cuando Alonso Quijano se presentó en carne y hueso ante su idealizada Dulcinea del Toboso, ésta le advirtió:

– No me beséis, caballero Don Quijote, si no queréis acabar convertido en sapo: mirad que yo no poseo vuestra capacidad de metamorfosis ajena, y todo lo que toco lo convierto en un triste trasunto de mí.


V

Tras responder Edipo a la pregunta de la Esfinge, ésta le castigó, en justa venganza, con un mundo poblado sólo por hombres. El ingenio redujo al rey de Tebas a la escala de un sabio pagano.


VI

Si Mahoma no quiere ir hasta la montaña, que permita a la montaña, por lo menos, quedarse en el sitio donde está, sólida y ajena.


VII

Orfeo cantó a una Eurídice de museo: la ensalzaba de espaldas, como aún debemos hacer quienes le vemos el lado bueno a las personas reales.


VIII

La fotogenia no es un atributo del modelo, sino del ojo del camarógrafo.


IX

La última esposa de Barbazul, la que le hizo sentar la cabeza, fue la que prefirió abrir las ventanas a seguir forzando cerraduras.


X

La orgía perpetua en la que vivía embarcada Madame Bovary no era la orgía perpetua en la que vivía embarcado Gustave Flaubert: una era sustentada y la otra, sustentaba.


XI

El fatalismo es el consuelo de la impotencia. Atribuyéndole sus desgracias al supuesto orden del mundo, se entierra en vida lo que, de ser invertido, bien podría germinar.


XII

De todos los renacuajos que infestan la charca de esta ciudad, tan sólo uno, el abstraído, logrará escapar a las fauces de los barbos.


FINAL

Las únicas profecías que me merecen cierto respeto son aquellas que se cumplen en sí mismas. Todas las demás acaban desmentidas por falacias, ellas sí, autosuficientes.


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Escrito por JoséLuis a las 11:46 AM

22 de Julio 2004

EL AMOR

El amor llama a la credulidad,
o debería hacerlo: para crecer
sin cepos en las piernas,
para dar cancha, para entreabrir
y ver más lejos, más grande,
MEJOR.

El amor anula el miedo
implícito en los cálculos.

El amor salta todas las tapias
o las pinta de colores vistosos
que simulan un paisaje real
de tan ancho, alto y profundo.

El amor nos transforma
en lo que ya deberíamos ser
corregidos y aumentados,
esto es: entrevistos
o soñados.

El amor es profecía
que se cumple en su propia enunciación,
pues avala lo que afirma
el amor con su sangre derramada.

El amor desfigura los límites
artificiales y los vuelve naturales.

El amor se niega a discernir:
todo lo une y lo confunde.
Amando, nos aliamos
en una conspiración carnal.

El amor soy yo mismo
cuando me autosugestiono y nos veo
tal como somos, seremos
o deberíamos ser.

Por eso utilizo la primera persona
al hablar de nosotros: la quimera
de ser empieza por uno mismo
y desemboca en la planta de tus pies.

Escrito por JoséLuis a las 12:09 PM

21 de Julio 2004

SAÑA SAÑA

Pocas opciones para las vías altas, cuando han cerrado el acceso principal.

Pocos sustos, tras la impresión aquella en que se te quedó grabado el grito de los iniciados, su carraspeo nervioso cuando te ven dando palos de ciego, esa singladura cuyo motivo sólo tú conoces y que a veces, desde fuera, puede parecer decisión, incredulidad, bagaje.

Pocas bazas en la recámara de la que tanto has abusado, algo normal, si consideramos su capacidad de generación y su enorme retroceso.

Poco aguante, el de tu mentón dolorido por los golpes a traición y los precios no abonados y el laurel enmohecido y la paja seca y el camastro donde quedó tu última muda de piel como una sábana ajustable.

Poco tamaño, poca audancia, valía escasa, arrojo poco, fe tampoco: sólo saña, saña de perder, saña de irse, falta de todo menos de saña, saña, musaraña.

Escrito por JoséLuis a las 8:43 PM

Me contradigo, luego existo

Si me contradigo es porque existo: yo soy del orden de la vela, adaptable en guisa líquida pero rocoso cuando me confío. Por eso no ha de extrañarte si tiendo siempre a mis antítesis: ellas pondrían fin a mis éxodos ulteriores, de poder alcanzarlas (porque no puedo: eso está visto). Aun así, basculo y me refuto, eufórico de trascender mis encarnaciones mundanas: en ellas yo me libero de la necesidad de mostrarme, pues en su evidencia voy oculto, y me reservo.

Si digo lo contrario de lo que dije ayer, es que muevo pieza sin cambiar de juego. Sería feo repetirme, ¿cómo podrías asegurar que no hay detrás otra persona, suplantándome y haciendo de mí? La lealtad en la custodia de las identidades no es mi fuerte: yo soy fluido, magmático y fácilmente maleable, así que la congruencia la veo como un pecado de lesa humanidad. ¿Ves? ¿Me ves? Mejor me sueñas: en las visiones oníricas, la imprecisión cobra esencia de certeza.

Doy la cara y parezco definido, pero en realidad estoy mutando. Reblandezco los límites que me contienen con cada opinión que profiero, empiezo a pensar que me equivoco en el mismo momento en que comulgo con mi propia idea.

Odio las lanzas implícitas en la convicción. Aborrezco la firmeza. En la ética y sus verdades estables hay mucho de cristal soplado al azar y luego recocido.

No me dan miedo los caimanes que amenazan cada vez que abro una puerta.

Será por eso que no me importa levitar, si es para alejarme de todo esto y acercar mi globo al meteoro de tu pupila (metáfora redomada de la titilación).

Escrito por JoséLuis a las 8:41 PM

SÍNTESIS Y ANÁLISIS

El espíritu es infinito, tiene forma de ocho, tiene forma de huso invertido, de reloj de arena tumbado, de chicane: se ve muy amplio por los extremos y angosto por el lado de ahora (el instante es una condensación funesta). El tiempo recorre mis conductos más recónditos buscando las anchuras, quizás así se dilataría sin derramarse o, por lo menos, adoptaría la forma de mis paredes en su punto de máxima apoteosis. Pero el éxtasis me incumbe sólo si dirime la estentórea justa que vienen librando estos dos inquilinos míos: la síntesis que me contiene y el análisis que me hace chorrear,,,

Escrito por JoséLuis a las 8:37 PM

19 de Julio 2004

Barómetro

Tras una noche demasiado fría, un día demasiado cálido. Siempre es lo mismo: abundancia indeseada, falta de relación entre lo pedido y lo entregado, desajuste sustancial debido a qué.

Para cuándo la anuencia, el no tener observaciones, encajarse en lo existente sin falta ni sobre, abundar.

Para dónde el equilibrio resultante de la paz de los contrarios, fruto de la impugnación de las aristas, fruto a su vez del imperio de la esfera sobre las vagas aspiraciones del plano inclinado.

Escucho los compases iniciales de una obra para órgano y ya no sé si yo soy el que recibe o más bien el que está dando, tanta es la carencia que traslucen los tubos y su contenido pleno de aire.

Hace más calor a cada instante, y la balanza parece que está a punto de claudicar (ella, la gran aguja neutral, la petenera).

Asciendo por los canales del aire acondicionado, a ver si doy con la fuente helada que se eleva por encima de la canícula, esa misma a la que apelo cuando a medianoche me asaltan el temor y los tiritones –uno siempre aspira a lo que le falta.

Me paso así las semanas, trepando y descolgándome por la asíntota de las sensaciones primarias, oscuro en mi adentro, tramando el golpe que me ha de llevar muy lejos, ni al Polo ni al desierto: a un espacio muy templado (que no tibio: eso es distinto) donde no faltará ni sobrará nada, pues la temperatura ideal la impondrás TÚ, mi barómetro interior, mi equilibrada.

Escrito por JoséLuis a las 2:06 PM

18 de Julio 2004

MUÑONES

Cuántos muñones he de lucir para que se me considere, al fin, olivo retorcido y no un hombre, aluvión y no promesa (como siempre) preterida.

Cuántas veces he de abrirme en canal y eviscerarme: soy una res colgada de un pincho en la pared, ¿no veis que ya no embisto?

Cuánto dolor, cuánta alegría, cuántos favores concedidos al vacío de una espera… a la inconcreción de un sí pero no, tal vez entonces…

Son ya tantas las paladas sobre mi cabeza, que no sé cómo he logrado eludir un destino de topo o de ciempiés.

Quizás es porque dudo, porque me reservo, será porque prefiero exhibir las contemplaciones que quedarme en esta espera del mazazo final –ese al que tiendo como oso al hormiguero o la tierra al azadón: para dormir o despertar, para ser alimentado o, en su defecto, perecer de inanición.

Escrito por JoséLuis a las 8:23 PM | Comentarios (0)

16 de Julio 2004

BAUTISMO

A Straight Story

Fue ayer, este bautismo.

Me había dirigido yo a las charcas,
al agua sucia donde antaño
–confusión cruenta– creí lavarme
y sólo acrecenté mi desarraigo.

Mas
no hallé esta vez en la ablución
corchos donde flotar, pilas
en que verter el humor negro:
tan sólo había larvas,
huevos de seres inconcebidos
y cadáveres, huesos
de quien otrora hizo de mí
(o de un no-yo) su navegante.

Sentí asfixia.

Fue este mi instinto
de corsario o de cantante quien azuzó
mi conciencia adormecida:
aquí no hay luz, o está embarrada
(ese era, al menos, su sentido,
pues la noche era completa).

Salí a su dictado hacia los bosques
de helechos frescos, hasta el camastro
verde donde ansiamos reposar
tú y yo, los despertados.

Busqué tu nido como a una casa
donde lustrarme las alitas
(yo también soy mejorable).

Y, aunque invisible,
fui recogido.

Entre tus ramas
así descubiertas por el enemigo
te espero ahora, purificado,
como se aguarda el regreso
de un ave protectora:
tras la inmersión aquí narrada,
yo soy ya
tu enfebrecido.


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Escrito por JoséLuis a las 1:45 PM | Comentarios (0)

15 de Julio 2004

PUÑO CERRADO

Este puño cerrado
que ves, y donde resido,
se está abriendo con la luz
derramada por ti sobre ella,
sobre la imagen
difusa de tu aparición
–inminente o diferida,
tu voz es todo afán.

Que alcance su natural
condición de palma extendida,
de acariciante
superficie plana y confiada,
es sólo cuestión de tiempo:
lo demás (el cáliz,
los altares, la sagrada forma)
halló sin duda el acomodo.

Expedita está la vía
por donde el verbo se hará carne.

Escrito por JoséLuis a las 1:43 PM

ANTICIPACIÓN DE LO PEOR

Piensa en lo peor
Anticípalo
en tu cuerpo bien tratado,
en la porcina
vida regalada que te das

Degusta la desgracia
con el puro pensamiento
Dale un lengüetazo:
conoce el sabor acre
de los frutos que ayer,
maduros, te endulzaban

Invoca en tu cabeza todo el mal
que, ahora mismo, corre a espuertas
por el mundo, y que aún ignoras

Quizás comiéndolo
sin hambre y a deshora
–infamia gratuita, estrago
algo farsante– te encuentre,
cuando llegue,
haíto de dolor ficticio
e insensible a su pullazo.

Escrito por JoséLuis a las 1:38 PM

FRAGMENTO DE UN HIMNO FUTURO

[…]

Este enardecimiento cargado de presagios
Esta virulencia que se enreda pacíficamente en mis tobillos
y los aligera de antiguos pesos
Este devaneo
Este ir que tiene mucho de retorno
Esta invitación al viaje al propio centro
Esta densidad (unción del instante
en el que invoco a la diosa del camino)
Estos placeres ínfimos que tú me reportas
Esta salazón marina
Esta descomunal
reinvención de la medida y los parámetros
Este estatismo que te espera
Esta ansiedad que se encabalga
y que galopa
Esta fábula, esta evidencia,
este saber
todo deseo, deseo,
deseo: sacrificio y redención:
renacimiento

[…]

Escrito por JoséLuis a las 1:37 PM | Comentarios (0)

13 de Julio 2004

ESCRIBIENDO

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Escrito por JoséLuis a las 8:11 PM

EL AUSENTE

“Soy lo que soy. Mi nombre escondido” (V. ALEIXANDRE, Pasión de la tierra)

Estoy ausente de mí. Desconozco mis dimensiones. Los límites que me rodean no me contienen: yo los desbordo con mis ínfulas extrañas, como si ya estuviera fuera. Reboso los espacios que yo ocupo. Tiendo a escaparme: dondequiera que arraigo, buscan mis ramas otro aire (la respiración es enemiga del elemento sólido). Toda horma me constriñe. El menor hueco que practique en la pared abre, para mí, una ventana, o sea, una escalera de evacuación, o sea, el acceso al heliopuerto que mi vida habilita en la azotea. Lo que cuenta (lo que yo cuento) es siempre el lado abierto, la vertiente hacia el exterior, la cara blanca, lo incalculable que no se muestra del todo ni se somete en absoluto. Lo que soy está justo donde no me encuentro, y hacia ello tiendo con mi inercia de agua obediente a las pendientes de la tierra: esta mi bravura indócil, esta contestación que te sorprende, se amolda en realidad a otro dictado –el que me lleva y se me lleva hacia ningún lugar, hacia parte alguna, allá donde (por fin) me reconcilio.

Escrito por JoséLuis a las 1:57 PM | Comentarios (0)

8 de Julio 2004

AÚNA

Y los parajes ocultos ahora son luz
Y la mansalva cunde entre los vítores
Y tú te acercas, poniéndolo todo en duda
Y en el bolsillo aún guardas el plano secreto
Y lo despliegas ante mí, como quien jura
Y vuelve a mugir el minotauro sagrado
Y tú lanzas el ovillo, y el enigma canta de nuevo
Y empiezo a caminar, alejándome o acercándome
Y en cada curva hay una señal de ti
Y el camino se ensancha y se estrecha a la vez
Y las distancias me resultan incalculables
Y avanzo como quien nada
Y voy adentro, hacia el diamante en bruto
Y el calor me enardece y sobrepuja
Y cuelgan pellejos del túnel que atravieso
Y hay inscripciones con tu firma en la pared
Y continúo abriendo brechas y zapando
Y subo o caigo, ya no lo sé, estoy naciendo
Y aquí aún todo está por bautizar, y eso me gusta
Y vuelve a plegarse la tierra sobre sí misma
Y parece un abrazo
Y ha de ocultarnos
Y en el silencio que me rodea empiezo a verte
Y salgo a tu encuentro, bola ígnea derrengada
Y nos sume el agua en la fusión
Y se forma una burbuja
Y sabemos deshacernos
Y hay algo que muere y algo que resucita
Y surgimos los dos
Y se recrea el acertijo
Y lleva un nombre escrito
Y es el nombre de siempre pero ahora,
ahora está aunado:
por eso salva y embelesa.

Escrito por JoséLuis a las 8:28 PM | Comentarios (2)

6 de Julio 2004

HORAS LATENTES

Para ti, claro. ¿A quién, si no?

Con la fuerza que imprime
tu sol en mis hojas, y en la raíz
ese vigor implícito en tu sí,
ahora recuerdo —por puro lujo,
o por la honestidad de saberlo
en voz más alta— mis horas latentes,
el tiempo transcurrido bajo el hielo
en que criaba (a ciegas)
un ser transido de ti:

era como remar sin oír el chapoteo
de las ramas en el agua, era una brega
indecisa pero constante, era salir
sin haber estado dentro
(me faltaba tu exterioridad, esa mirada
que me ubica y dimensiona
en mi propio cuerpo desabrido y ruin).

Con la euforia del resucitado que,
al oír el relato de su hambruna
postergada, vuelve los ojos hacia el foso
en que yacía, anhelante y ciego,
para asir el volumen de su adiós,
yo ahora comprendo:

de mi estado de semilla
fuiste tu quien me extrajo
hasta esta arboleda que ahora ves,
verdecida y lujuriante,
todo brazos tendidos hacia ti,
seas quien seas y
dondequiera que te encuentres,
¡oh, tú, mi jardinera!

Escrito por JoséLuis a las 12:42 PM | Comentarios (2)

Capacidad de resonancia

Llevo mal lo de perder mi textura de esponja, o es su capacidad de absorción lo que añoro, ese beber que no asimila, esa ingestión que no entremezcla pero se aviene al dulce dictado de la coctelería, ya sabes, ese que reza: “arrejunta y vencerás”.
Llevo mal el haber alcanzado cierto punto de cocción, una estabilidad iónica que ya no avanza: tan sólo se complace en cierta clase de perseverancia inope, igual en lo aparente pero más ronca cada día que pasa.
Llevo mal el no ser llevado ya (por la ola insomne, por la corriente de aire caliente que asciende por el despeñadero), sino tener que portarme siempre: estandarte de un ejército al que abatió su propia resistencia, blasón de la última estirpe concebida sólo para admitir, no para ser admitida.

[…]

La libertad es posterior a la condena: lo que la precede se asemeja más bien a un vacío, a una masa informe que no sabe si empieza o está acabando. Antes de la sentencia absolutoria apenas puede hablarse de inocencia, sólo de un tedio del que te arranca el veredicto —la frase ambulatoria a la que debes tu actual estado de indeterminación, él sí responsable, él si real.

[…]

Pues elegir perturba el equilibrio y entabla un campo de radiación negativa en torno al blanco, sea yo en lo sucesivo tan sólo el elegido, o lo que es mejor: el espejo de los votos con que el mundo (ese polo de inducción acelerada) cae sobre las cosas para darles su propia forma: la de él o la de ellas, en función estrictamente de su capacidad de resonancia.

[…]

Los signos exteriores que precisas, los galardones a que aspira tu abstracta apetencia de qué, no son visibles: operan por una extraña propensión radial, desde el punto más lejano al centro hacia dentro (exactamente al revés de como creías, cuando te desenroscabas).

[…]

La marca del aerolito sobre tu piel es como un cráter: abismal tan sólo si no lo llenas de agua.

Escrito por JoséLuis a las 12:31 PM | Comentarios (0)

3 de Julio 2004

UN EXTRAÑO FRAGOR

Igual que una trama formada por el entrelazamiento, lento y vegetal, de las hebras luminosas y los oscuros filamentso enterrados, nuestra mutua atención tiene dos vueltas: por una se diluyen los lamentos y por la otra, se adensan. Posada en tu dulce equidistancia de todo y de mú, tú eres el eje que decanta mis ojos hacia el páramo o la selva. Hablas, y encuentra el cáncamo su aparejo; guardas silencio, y la tornillería de las velas fláccidas abruma mi frente de nuevo. Tú eres así: confieres la forma que dices que no tienes, sustraes el peso sin el cual te afirmas en tu condición remota. Esa es la vocación mágica del magisterio que, comiéndolo y bebiéndolo, me impartes desde los claroscuros: en consonancia con ella y conmigo, yo te propongo dilatar tu ambivalencia sustancial, hacer de ella la hospedería en que yo quepa y tú puedas verlo desde dentro y desde fuera, todo ello sin escisión ni hambrunas, todo ello amenizado por el frescor de tus surtidores y mi última llamarada viva. ¿Qué me dices? ¿Procedo y me enciendo? ¿Te avienes y apagas la prevención del hormigueo caníbal? Desde lo más profundo del bosque se eleva un extraño fragor, pero aún no sé si procede de los árboles, o tan sólo del aserradero.

Escrito por JoséLuis a las 1:02 PM | Comentarios (2)

1 de Julio 2004

Un deseo a la medida del mundo

¿Cuántas veces puedes concebir, sin que te tiemble el pulso o los dientes te rechinen, un mundo hecho a la medida del deseo, o mejor, un deseo hecho a la medida del mundo?

Si respondes que “continuamente”, no podré creerte: los sueños se concilian como interrupción del discurso dominante y se encarnan a saltos.

Si contestas que “una sola vez, poco más o menos”, te retiraré el crédito que te había concedido, no para tu cautela, sino para nuestra trepidación.

Vuelvo a formular la pregunta: ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar por ver las haces de rayos coincidentes, la miríada de accidentes felices, el crisol en que tu carne y mi espíritu su cuecen y alean, invirtiéndose los nombres?

Tienes para contestar lo que dura el estupor, o el resto de la espera si optas porque sea yo quien responda: como bien sabes, el orden de las alocuciones altera el efecto final, mas no su causa, no, su causa no, en absoluto, pues su causa es imperecedera e ignora a sabiendas quién la bautizó y quién le va a escribir el epitafio.

Escrito por JoséLuis a las 12:29 PM | Comentarios (0)