4 de Septiembre 2004

SOY UN CERO A LA IZQUIERDA

Soy un cero a la izquierda, y me alegro. Ovalado como un huevo incubado fuera de su corral, en el lado malo de la coma yo me abstengo de disputas sobre el supuesto valor de esto, eso y aquello; y es que los precios, según sabemos, son de goma y no de hierro.

En el limbo incierto del no ser y defenderlo, mi voluntad no asoma: la esencia no se negocia, eso es lo único cierto.

Allá, en el barro de la charca infecta, con su mala saña se las compongan, que yo prefiero esta calma porosa (típica de mis únicos compañeros: las esponjas), este suave devaneo entre una forma y otra forma: como cangrejo ermitaño que soy, yo me quiero un tanto inconcreto.

La ventaja de no entrar al trapo es que no tengo por qué afeitarme las astas: permanezco inédito en el prado, absolutamente al margen, mugiendo y pastando en un mundo absurdo y jocoso donde lo único que veo es lo que tengo delante –lo cual, jeje, no sois vosotros, ¡intrigantes!

Escrito por JoséLuis a las 4 de Septiembre 2004 a las 01:45 PM