Mide el tiempo que pasa entre el hecho y su sentido. Pésalo en una balanza, escruta su tamaño y densidad: en ello se concita la respuesta a tus repetidas inquisiciones acerca de la oportunidad y la validez clave de bóveda donde la verdad descansa y no se cansa de esperar tu comparecencia.
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La vuelta a mi espíritu en ochenta minutos, horas, días, semanas. Sólo para comprobar que es una esfera y, por mucho que yo me aleje, siempre he de regresar al punto de partida.
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El capricho es la corteza (más dura, oscura y crujiente) de una hogaza de pan cuya miga es el Destino.
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Cuanto más exterior es el anillo, tanto más viejo y carente de savia. Observa el árbol: describe un movimiento centrífugo cuyo eje siempre está quieto en el medio.
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El sexto sentido supera dialécticamente a los otros cinco: no los niega, los lleva consigo.
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Amo la facilidad en lo inmediato porque, gracias a ella, puedo soportar lo arduo de la mediación y su íntima necesidad.
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Simplifica lo cotidiano para gozar del arabeso cósmico sin trabas ni angosturas.
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La T le brinda un techo a la E en el verbo TEMER.