Tu pureza:
la inmediatez
que yo no alcanzo
pero me enreda.
Tu energía, tu fe
en lo incondicionado:
las dos embelesan
mi secular cuidado
en verdad, la idiotez
de un espíritu cuadrado.
Tu existencia:
mi esencia, mi ser
como tú, querida Eva,
si tras de ti yo quedo intacto
y me decido a renacer.