Poros como bocas
abiertas de par en par,
pidiendo pan tierno
y leche recién ordeñada.
Brechas abiertas
en mi cuerpo amojamado:
por ellas se filtra el aire
fresco de la mañana,
y me ventilo por dentro.
Acceso
directo a mi intimidad: por los ojos
lavados con el agua imaginaria
mi cuerpo resucita, y mi mente
es una pizarra donde, blanca,
el mundo escribe de nuevo en el azul
traslúcido de los sueños.